El peyote, conocido como hikuri para el pueblo Huichol, es más que una simple planta psicoactiva. Este pequeño cactus, que se esconde bajo los matorrales, tiene una profunda relevancia ceremonial en la cultura de los wixaritari (huicholes). Al ingerirlo, experimentan una conexión única con su interior, observando su pasado y detectando las fuentes de su sufrimiento.
¿Cuál es el mito que rodea al peyote?
Los wixaritari lo identifican con el venado azul sagrado, el hermano mayor que guió a cuatro jóvenes representantes de los elementos naturales en una travesía en Wirikuta, el desierto de San Luis Potosí.
Sus pisadas se transformaron en peyotes, ofreciendo alimento y sanación al pueblo Wixárika. Este relato es el impulso que lleva a los huicholes a peregrinar anualmente desde su hogar hasta Wirikuta, recreando la persecución del venado para pedir lluvias, sustento y salud.
En este sentido, el peyote es el sustento de los wixárika, por lo que lo llevan a sus hogares para utilizarlo en rituales diarios.
Su uso se puede traducir como un medio de comunicación con sus ancestros, así como también de regeneración espiritual. Sin embargo, actualmente esta tradición se encuentra amenazada por el turismo de drogas, la minería y la usurpación agrícola, poniendo en peligro no solo este cactus sagrado, sino también la identidad wixárika.
De hecho, esta práctica es tan importante que la ley mexicana permite el cultivo y consumo de peyote solo a los grupos indígenas, pero estas restricciones no impiden que la amenaza persista. Desafortunadamente, la región enfrenta riesgos que podrían desvanecer la rica tradición cultural de los huicholes.
El consumo de peyote también está vinculado a la cacería sagrada del venado, siendo ésta un indicador de prosperidad y alegría. Cada familia recolecta hasta 150 botones, que se secan y bendicen, no solo para quienes realizan la travesía, sino también para aquellos familiares que no pueden participar en el viaje anual.
Durante la cacería e ingesta del peyote, los huicholes visten trajes típicos, las mujeres llevando prendas de colores vivos y los hombres, camisas blancas y pantalones bordados con símbolos de venados y peyotes. La vestimenta refleja la importancia cultural de estos elementos en su vida diaria y rituales.
¿Cómo es el proceso ritual?
El proceso ritual de ingesta de peyote comienza con una ceremonia de cambio de nombres, simbolizando la entrada a un nuevo mundo. Posteriormente, los peregrinos participan en una confesión pública alrededor de la medianoche, enumerando sus relaciones sexuales pasadas y presentes. La lectura en voz alta de los nombres alrededor de la hoguera tiene como objetivo liberarse del pasado, marcando un nuevo comienzo espiritual.
En conclusión, el peyote desempeña un papel central en la vida espiritual y cultural de los huicholes, conectándolos con su pasado, sus ancestros y la naturaleza. Sin embargo, su supervivencia enfrenta desafíos significativos, lo que pone en peligro la rica herencia de este pueblo indígena. La preservación del peyote no solo es crucial para la identidad wixárika, sino también para la diversidad cultural de México. Para conocer más acerca de los símbolos milenarios del mundo Wixárika, visita nuestras galerías, en Tierra Huichol, estaremos encantados de acompañar tu experiencia de compra de arte wixárika lleno de significado.
